Richmond Park
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Parque real más grande Londres
El Richmond Park en Richmond, un próspero suburbio en el suroeste de Londres, es el parque real más grande de la capital británica y uno de los espacios verdes más impresionantes de Gran Bretaña. Con una extensión de más de 955 hectáreas, ofrece un paisaje extenso que combina la naturaleza salvaje con elementos históricos. Fundado en el siglo XVII como coto de caza real, el parque es hoy en día un Reserva Natural Nacional, un lugar de especial interés científico y un destino popular para amantes de la naturaleza, paseantes y ciclistas. Sus colinas, bosques y praderas lo convierten en un contraste único con el entorno urbano de Londres.
Significación histórica Richmond Park
La historia del Richmond Park comenzó en 1625, cuando el Rey Carlos I utilizó el área como refugio durante una epidemia de peste en Londres. Hizo cercar la tierra para asegurarla como área de caza privada para ciervos rojos, lo que provocó la ira de la población local al perder sus derechos tradicionales de pastoreo. A pesar de estas tensiones, el parque fue oficialmente fundado en 1637 y rodeado por un muro de 13 kilómetros que aún se encuentra en pie. En el siglo XIX, fue abierto al público por la Reina Victoria, conservando la tradición real de la caza de ciervos. Hoy en día, alrededor de 630 ciervos rojos y gamos viven libremente en el parque, una vista que transporta a los visitantes a tiempos pasados.
Reserva natural en Richmond Park
Una característica central del Richmond Park es su belleza natural. Los extensos paisajes de pastizales se alternan con antiguos bosques de robles, brezales y estanques que albergan una rica variedad de fauna, incluyendo zorros, conejos y más de 100 especies de aves. Es especialmente famosa la vista desde "King Henry's Mound", una colina desde la cual se puede ver la Catedral de San Pablo a unos 16 kilómetros de distancia en días despejados. Esta línea de visión está protegida por ley para preservar la conexión histórica entre ciudad y naturaleza. La colina en sí está envuelta en mitos, incluida la leyenda de que el Rey Enrique VIII esperaba aquí la ejecución de Ana Bolena.